[20] Temblor.
Me miró en silencio, aún sin moverse. El labio inferior le temblaba un poco. Parpadeó y tres lágrimas brillantes le cayeron por las mejillas.
Podría haberse fijado en todos los pequeños milagros que tenía delante: mis pies, mis manos, mis dedos, la forma de mis hombros bajo el abrigo, mi cuerpo humano; pero se limitó a mirarme a los ojos.
El viento me golpeó de nuevo, pero ya no tenía poder sobre mí. El frío me entumecía los dedos, pero no los transformaba en otra cosa.
-Grace-musité-. Di algo.
-Sam-dijo, y me aferré a ella.
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