"Siempre hay un camino que nos resulta curioso o interesante para seguir en nuestra vida, y donde creemos que podemos encajar, ya sea una carrera determinada, la experiencia únicamente o cualquier otro tipo de aprendizaje. Pero también hay un segundo camino al que cuesta más acceder; la fama"
La fama puede ser un aliado o un contrincante, pero no vamos a analizar los inconvenientes...¡no hoy!
¿Quien no pensó alguna vez en las ventajas que tenía ser famoso?
Cuando eres famoso lo que haces interesa a más gente de la que estás acostumbrado; que agradecen, admiran, aplauden, envidian o critican lo que haces, ya que, como es evidente, no a todo el mundo puede gustarle lo mismo que a ti. También conocen más cosas sobre tu vida, incluso hay personas que se convierten en tus fans, desde los más vergonzosos hasta los que se compran miles de camisetas con tu nombre y saben donde estás a cada momento. Cuando pasas por la calle los que te conocen miran boquiabiertos a esa persona especial de la que sus amigos hablan constantemente. Y junto con la fama, como no podía ser de otra manera, llega el dinero, ese bien material que nadie desprecia por el momento.
Pero algo realmente importante es la oportunidad que te brinda la fama de dejar una huella marcada en la historia y en las siguientes generaciones que se propondrán cumplir tu mismo sueño.
Quien sabe, puede que te recuerden porque llegaste a ser uno de los grandes cantantes, médicos, escritores, pintores, filósofos, políticos, deportistas, artistas en general... o que, sin embargo, ese sueño que tenías de alcanzar la tan preciada fama no se cumpla y seas una persona desconocida normal y corriente que vivió feliz y orgullosa de lo que hizo.
Ahora viene la pregunta: ¿Te gustaría ser famoso?
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