"Salieron al campo cumpliendo promesas. Empezaron bien, había tiempo. En un primer momento, los equipos se preocupaban en marcar para situarse uno por encima del otro. Habían apenas puntos de diferencia. No había cansancio, acababan de saltar al campo. Tampoco había dudas, lo habían practicado miles de veces en los entrenamientos y sabían perfectamente sus posiciones.
Mitad de partido. Un equipo va ganando, y el otro trata de defender y atacar para situarse de nuevo por encima. Tienen que alcanzarlos como sea, no pueden dejar que marquen puntos, que escapen. Miro al marcador. El tiempo corre en favor de un equipo y en contra de otro. Logran empatar. El público les aplaude, alcanzarlos no fue fácil. Su entrenador piensa: "Buen trabajo, chicos". Pero el esfuerzo que hicieron no se mantiene durante mucho rato, porque de nuevo vuelven a adelantarlos. Vuelvo a mirar al marcador. El tiempo se va consumiendo cada vez más rápido, y ahora moverse en el campo cuesta más. Están sudando, y saben que esta vez será más complicado colocarse por encima. Se respira tensión, nervios....."
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Marcador en contra nuestra. Quedan diez minutos, diez pases, y luego...victoria o derrota.
Pero el árbitro hace que se mantenga nuestra duda.
-¡Tiempo muerto!
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